El protagonista de Sed de champán, el Charolito, es una suerte de Pijoaparte que no reniega de su vida, pero que puede reinventarla y convertirla en un cuento. Porque el Charolito, todo hay que decirlo, es un buscavidas y un rompecorazones, un truhán pero de ley que se ve metido a la fuerza en una pendencia de años con un narcotraficante argentino. El Charolito, en su deambular violento y acelerado entre La Rosilla y los barrios bien de Madrid, está dispuesto a cobrarse caro su pellejo y a demostrarse a sí mismo si conoció o no el amor. Aunque la pregunta dé sed...
Montero Glez: Sed de champán (Edhasa)