
A partir de ese momento comienza la violenta carrera de Moss por escapar de los que quieren darle caza: Wells, ex agente de las Fuerzas Especiales contratado por un poderoso cartel; Anton Chigurh, una implacable máquina de matar, para quien recuperar el dinero de sus jefes es apenas una excusa para descargar una y otra vez su arma y poner en práctica su máxima: no dejar nunca testigos, y un sheriff veterano de la segunda guerra mundial que añora los viejos buenos tiempos y esconde un doloroso secreto que lo mantiene vivo.